6.8.05

Explicación Parte 4 GOSHO: “LA APERTURA DE LOS OJOS”

Disertación de estudio del presidente Ikeda
CONFERENCIAS SOBRE “LA APERTURA DE LOS OJOS”
(Traducción del original en japonés publicado en la edición de agosto de 2004 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai. )

La causa original y el efecto original: la budeidad eterna y el interminable camino del bodhisattva se abren mediante la fe

Todas las demás enseñanzas, como el Sutra de la guirnalda de flores, el Sutra de la sabiduría o el Sutra Mahavairochana, además de ocultar que las personas de los dos vehículos realmente pueden manifestar la Budeidad, omiten aclarar que el Buda logró la iluminación hace incontables kalpas.
[1] Estos sutras contienen dos defectos. Primero, por enseñar que los diez estados están separados unos de otros, no pasan el nivel de las enseñanzas provisionales y no logran revelar la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, tal como la expone la enseñanza teórica del Sutra del loto. En segundo lugar, porque enseñan que el buda Shakyamuni logró la iluminación en este mundo por primera vez, y sólo se refieren a su aspecto provisional, y no revelan lo que destaca la enseñanza esencial: que el Buda se iluminó incontables kalpas atrás. Estas dos grandes doctrinas representan la esencia de toda la vida de enseñanzas predicadas por el Buda, y son el corazón y la médula de todos los sutras.
El capítulo “Medios hábiles”, que pertenece a la enseñanza teórica, expone la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida y esclarece que las personas de los dos vehículos pueden lograr la Budeidad. De esta forma, elimina uno de los dos errores hallados en los sutras anteriores. Pero, así y todo, conserva el aspecto provisional y no logra revelar el aspecto eterno de la iluminación del Buda. Por tal motivo, la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida permanece sin aclarar, y tampoco se afirma adecuadamente la iluminación de las personas de los dos vehículos. Estas enseñanzas son como el reflejo de la Luna sobre las aguas o como las plantas sin raíces que flotan a la deriva sobre el oleaje. Con todo, en la enseñanza esencial del Sutra del loto se desploma la creencia de que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en esa existencia, y caen también los efectos de las cuatro enseñanzas. Cuando se demuelen estos efectos, también caen las causas de esas cuatro doctrinas. Así pues, se derrumban la causa y el efecto de los diez estados, tal como aparecían expuestos en los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, y lo que se revela es la causa y el efecto de los diez estados según la enseñanza esencial. Esta es la doctrina de la causa original y del efecto original, y revela que los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin comienzo, y que la Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida.
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Conferencia

En este pasaje, Nichiren Daishonin esclarece la doctrina de la causa original y del efecto original, que es el principio referido al logro de la Budeidad expuesto en el capítulo “Duración de la vida” (16o) del Sutra del loto. Específicamente, la causa original y el efecto original se refieren a la causalidad presente en el logro de la iluminación por parte de Shakyamuni en el remoto pasado, tal como describe el citado capítulo. Aquí, Shakyamuni revela que esta adquisición suya, en realidad, se remonta a un pasado inmensurablemente lejano; a un tiempo que se ubica hace kalpas tan numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios. Así pues, la causa que le posibilitó lograr la Budeidad en ese tiempo remoto se denomina “causa original” o “causa originaria”, mientras que el efecto o resultado de haber logrado la Budeidad se designa como “efecto original” o “efecto originario”.
Si nos atenemos a la enseñanza literal del capítulo “Duración de la vida”, el principio referido al logro de la Budeidad basado en esta causa original y en este efecto original se explica en el contexto de Shakyamuni. Pero si vemos esto ateniéndonos a la enseñanza implícita en lo profundo de dicho capítulo, no se limita sólo a Shakyamuni. Esta doctrina también sirve para revelar la causalidad más fundamental y universal para lograr la Budeidad y, como tal, constituye la causa y el efecto de la iluminación de todas las personas.

Las dos fallas de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto

En el pasaje anterior, Nichiren Daishonin parafrasea los escritos del gran maestro Miao-lo de la China y aborda el tema de los dos defectos doctrinarios evidentes en las enseñanzas anteriores al Sutra del loto.
El primero es que no revelan la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, que se encuentra en la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto. Exponen los diez estados, pero “separados unos de otros”, y esto las lleva a dividir la práctica budista en niveles y a discriminar entre ciertas clases de personas, en cuanto a su capacidad de lograr la Budeidad. Esta visión discriminatoria se basa en la creencia de que los diez estados están separados entre sí y que las diferencias entre ellos son fijas e imposibles de modificar.
Como la posición de las enseñanzas previas al Sutra del loto es presentar un abismo virtualmente infranqueable entre los nueve estados y la Budeidad, ellas recalcan la necesidad de una práctica a lo largo de incontables kalpas, o insisten en que los practicantes de los dos vehículos (los que escuchan la voz y los que comprenden la causa, también llamados personas en estado de Aprendizaje y en estado de Comprensión Intuitiva) jamás podrán manifestar la iluminación. Estos primeros sutras representaron enseñanzas provisionales, expuestas como medios preparatorios o conducentes, que presentaban distinciones o separaciones rígidas entre los diez estados. Por ende, no revelan la verdadera enseñanza. Por eso, el Daishonin refiere: “No pasan el nivel de las enseñanzas provisionales”.
[3]
En la enseñanza teórica del Sutra del loto, se invalida la idea de que los diez estados están separados entre sí. La enseñanza teórica recalca el logro de la Budeidad en las personas de los dos vehículos, establece el principio del verdadero aspecto de todos los fenómenos
[4] y esclarece la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida. Esta última enseña que todos los seres vivientes en los nueve estados están dotados de la Budeidad y que, por lo tanto, tienen el potencial de manifestar la iluminación.
El segundo defecto de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto es que ocultan el logro original de la Budeidad de Shakyamuni en el remoto pasado, que aparece descrito en la enseñanza esencial (segunda mitad) del Sutra del loto. Los sutras anteriores enseñan que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en este mundo, y sólo al cabo de una ardua práctica durante un periodo inmensurablemente largo en existencias anteriores. De tal manera, su iluminación en esa existencia en la India tiene como premisa la idea de que lograr la Budeidad requiere incontables kalpas de práctica. En la raíz de esta mentalidad yace la creencia de que los nueve estados y la Budeidad son dos términos separados.
La enseñanza teórica del Sutra del loto esclarece que todas las personas poseen el potencial de lograr la Budeidad; por lo tanto, resuelve una de las dos carencias de las enseñanzas anteriores al Sutra del loto. Sin embargo, sigue sosteniendo la premisa de que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en esa existencia en la India. El Daishonin, puesto a analizar esta falencia de no revelar la verdadera iluminación de Shakyamuni en el remoto pasado, afirma:

Pero, así y todo, conserva el aspecto provisional y no logra revelar el aspecto eterno de la iluminación del Buda. Por tal motivo, la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida permanece sin aclarar, y tampoco se afirma adecuadamente la iluminación de las personas de los dos vehículos.
[5]

Descartar el aspecto provisional o transitorio, y revelar el aspecto verdadero o eterno significa invalidar la premisa de que Shakyamuni alcanzó la iluminación por primera vez en este mundo (es decir, su identidad provisional, tal como había sido descrita por las enseñanzas anteriores y por la enseñanza teórica del Sutra del loto). Y también significa poner de relieve su iluminación original en el remoto pasado (es decir, su identidad verdadera, tal como la expone el capítulo “Duración de la vida” de la enseñanza esencial).
El Daishonin dice que, sin revelar la verdadera identidad del Buda, no tiene sentido exponer el logro de la Budeidad por parte de la gente de los dos vehículos, o verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, que clarifica que todos los seres vivientes en los nueve estados están dotados de la Budeidad. Como conserva un aspecto provisional, la enseñanza teórica no establece plenamente lo primero ni elucida lo segundo. Como la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida esbozada en la enseñanza teórica carece de base sólida y permanece indefinida, el Daishonin dice que “son como el reflejo de la Luna sobre las aguas o como las plantas sin raíces que flotan a la deriva sobre el oleaje”.
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“Descartar lo transitorio y revelar lo verdadero” y “la causa original y el efecto original”

A continuación, quisiera desarrollar qué quiso decir el Daishonin al afirmar que la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida sigue siendo confusa, si no se explica el aspecto verdadero y eterno de la iluminación del Buda en el capítulo “Duración de la vida”; es decir, mientras Shakyamuni no descarta su identidad transitoria y revela su verdadera identidad.
Esta revelación contenida en el capítulo “Duración de la vida”, por la cual éste afirma que logró la iluminación en el remoto pasado, sirve para refutar el aspecto provisional del Buda y para elucidar la causa original y el efecto original de su iluminación real.
El Daishonin dice que al demoler la premisa de que Shakyamuni se iluminó por primera vez en esa existencia en la India, también caen desplomados los diversos efectos del logro de la Budeidad, descritos en las cuatro enseñanzas --es decir, en las enseñanzas previas al Sutra del loto y en la enseñanza teórica del Sutra del loto--. También expresa que, cuando estos efectos se destruyen, las causas (o prácticas) del logro de la Budeidad descritas en las cuatro enseñanzas también quedan invalidadas. Uno de los propósitos de revelar lo verdadero y descartar lo transitorio es refutar por completo la causa y el efecto de los diez estados que habían expuesto los sutras tempranos y la enseñanza teórica del Sutra del loto. La causa y el efecto de los diez estados son la causa y el efecto de lograr la Budeidad, y en esto los nueve estados abarcan la causa, y el estado de Buda, el efecto.
Así pues, el capítulo “Duración de la vida” esclarece la causa original y el efecto original, que representan la causa y el efecto de los diez estados de la enseñanza esencial --es decir, la causa y el efecto de lograr la Budeidad. Esta es otra razón por la cual Shakyamuni se despojó de lo provisional y reveló lo verdadero.
Quisiera comenzar examinando cómo se presentan la causa original y el efecto original desde el punto de vista de la enseñanza literal del capítulo “Duración de la vida”.
Primero, Shakyamuni proclama: “Han transcurrido inmensurables, ilimitados cientos, miles, decenas de miles, millones, nayutas de kalpas desde que yo, en verdad, logré la Budeidad”.
[7] En ese fragmento, el Buda indica que él, en realidad, logró la iluminación en un tiempo pasado incalculablemente remoto.
También afirma: “Así pues, desde que manifesté la Budeidad, ha transcurrido un tiempo extremadamente largo. La duración de mi vida es de un incalculable número de asamkhyas de kalpas, y durante ese tiempo, constantemente he vivido aquí, sin jamás entrar en la extinción”.
[8] Shakyamuni explica que, por ser el Buda iluminado desde el remoto pasado, su vida es eterna y siempre está vigente. Este estado de Budeidad eterno y siempre presente de la Budeidad es el efecto de lograr la iluminación en el remoto pasado; es decir, el efecto original.
A continuación, con respecto a la causa original, Shakyamuni dice: “Originariamente practiqué el camino del bodhisattva, y la duración de la vida que adquirí entonces todavía no se ha extinguido; en cambio, durará el doble de los años que han transcurrido hasta hoy”.
[9] En otras palabras, afirma que el estado de Budeidad que él obtuvo (efecto original) y los nueve estados, en los cuales practicó el camino del bodhisattva para arribar a la Budeidad (causa original) han durado interminablemente durante un tiempo de longitud inescrutable, desde que obtuvo la iluminación hace kalpas tan numerosos como las partículas de polvo de incontables grandes sistemas planetarios. Y agrega que seguirán durando por el doble de ese tiempo.
El estado de la Budeidad (efecto original) es eterno y siempre está presente; los nueve estados en los cuales uno realiza la práctica del bodhisattva (causa original) son inextinguibles e interminables. De esta forma, la causalidad de la iluminación descrita en la enseñanza esencial --es decir, la doctrina de la causa original y el efecto original-- es drásticamente distinta de la visión que planteaban las enseñazas previas al Sutra del loto, según las cuales sólo puede llegarse a la Budeidad eliminando los nueve estados.
De hecho, el capítulo “Duración de la vida” explica que el Buda, aun después de haber logrado la iluminación en el pasado remoto, persistió incesantemente en el camino del bodhisattva, por su deseo de librar del sufrimiento a los que vivían la realidad de los nueve estados. Aquí, el verdadero aspecto del Buda se torna claro a partir de que Shakyamuni descarta lo transitorio y revela lo verdadero en el capítulo “Duración de la vida”. Esta verdadera identidad, si se quiere, es la del Buda eterno que encarna una manera de vivir dedicada a la práctica incesante del bodhisattva.
El estado de vida de devoción incansable a la práctica del bodhisattva, inmerso en la realidad de los nueve estados, transcurre en uno de estos nueve estados. Pero, al mismo tiempo, el estado eterno de la Budeidad sirve como energía fundamental para manifestar este compromiso a la incesante práctica del bodhisattva.
En los sutras anteriores, se suponía que el buda Shakyamuni, el que logró la iluminación por primera vez en esa existencia en la India, luego de morir renacería en una tierra pura situada en otro mundo, y dejaría de repetir la práctica del bodhisattva en el mundo terrenal. Pero, para el Buda que obtuvo la iluminación originariamente en el pasado remoto, el mundo terrenal, en sí, es una tierra pura y es una “tierra de la luz tranquila”.
Desde la perspectiva de este Buda del capítulo “Duración de la vida”, la realidad de los nueve estados representa una oportunidad para hacer surgir la vitalidad eterna de la Budeidad interior; también es el escenario para concretar y expresar la sabiduría y la benevolencia de la Budeidad. Además, este Buda considera que los que están sufriendo en la realidad de los nueve estados son sus hijos; hijos que debe cuidar y guiar hacia la felicidad, y amigos, con quienes compartir la libertad sin límites del estado de Buda.
El Buda, que ha concretado esta libertad auténtica e ilimitada, ejerce el dominio total de su cuerpo y de su mente, mediante la fuerza de la Budeidad, y vive como un hombre autónomo, sin dependencias; como un vencedor genuino y un protagonista que conquista todas las negatividades y funciones destructivas. Al mismo tiempo, el Buda reconoce que el poder de la Budeidad también yace dormido en la vida de los demás y en el mundo terreno. Así pues, para abrir y activar esta fuerza latente, en todo momento busca hacer que las personas tomen conciencia de su naturaleza de Buda. Y lo hace emprendiendo incansablemente actos valerosos, manifestando sabiduría sin límites y emprendiendo un diálogo sincero.
De esta forma, al descartar lo transitorio y revelar lo verdadero en el capítulo “Duración de la vida” --refutando la idea de que se había iluminado por primera vez en esa existencia en la India y explicando la causa y el efecto originales de su iluminación en el remoto pasado-- Shakyamuni transforma radicalmente las premisas anteriores acerca del Buda y del logro de la Budeidad.
Sin embargo, debe señalarse que la enseñanza literal del capítulo “Duración de la vida” habla, primordialmente, del “efecto original” del Buda que logró la iluminación en el pasado remoto. Su única referencia a la “causa original” se encuentra en el fragmento que dice: “Originariamente practiqué el camino del bodhisattva”.
[10]

La Budeidad sin comienzo y los nueve estados sin comienzo

Nichiren Daishonin fue quien supo discernir que la Ley esencial para que los hombres y mujeres comunes manifestaran la Budeidad estaba oculta en lo profundo del capítulo “Duración de la vida”. Con respecto a la doctrina de la causa y el efecto originales, escribe:

Revela que los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin comienzo, y que la Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida.
[11]

Desde el punto de vista literal del texto, “Budeidad sin comienzo” es el estado de Budeidad eterno y siempre presente, obtenido por el Buda de que se iluminó originalmente en el pasado remoto. Como dije antes, este Buda también está dotado de los nueve estados. Por lo tanto, afirma el Daishonin: “Los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin comienzo”.
[12]
Este Buda, pese a haber consolidado la Budeidad como estado de vida, sigue luchando sin pausa en la realidad de los nueve estados, para guiar a los seres vivientes hacia la iluminación. Para este Buda, los nueve estados inmersos en el sufrimiento y en el pesar cumplen el propósito de ayudar a otros a lograr la Budeidad. Comúnmente, el sufrimiento y el dolor hacen que los seres humanos se atrincheren en su propia coraza, y consumen su vitalidad y fortaleza. Sin embargo, cuando el pesar y la angustia se experimentan desde cualquiera de los nueve estados dotados de la Budeidad sin comienzo, pueden expresarse como empatía y solidaridad profunda, para guiar a los demás hacia la iluminación. Llegan a representar potentes emociones motivadoras, que surgen porque el poder de la Budeidad constantemente está activo en nuestro ser y porque nuestra vida, en sí, está abierta al mundo y a los que nos rodea.
A continuación, el Daishonin dice: “La Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo”.
[13] Primero que nada, estudiemos este fragmento basados en el significado literal del texto.
En su tratado Palabras y frases del “Sutra del loto”, el gran maestro T’ien-t’ai de la China escribe: “Cuando el Buda llegó al primer nivel de seguridad,
[14] ya había adquirido la vida eterna”. En otras palabras, en el transcurso de practicar el camino del bodhisattva en el pasado distante, cuando Shakyamuni ascendió al primer nivel de seguridad, del cual no se regresa, ya había adquirido el estado de bodhisattva siempre presente.
Todos los bodhisattvas inicialmente formulan cuatro juramentos universales,
[15] entre los cuales se cuenta el de salvar a innumerables seres vivientes. Podríamos decir que las personas adquieren el estado de bodhisattva siempre presente, cuando tienen la convicción de que la vida de un bodhisattva es correcta y reafirman su juramento de no retroceder jamás en esta práctica de bodhisattva. Como Shakyamuni poseía esta juramente inquebrantable, pudo mantener la práctica del bodhisattva sin fin, aun cuando ya había logrado la Budeidad.
Nichikan Shonin (1665-1726), conocido por su meritoria labor de restaurar el budismo del Daishonin, comentó este fragmento de T’ien-t’ai que acabo de citar. En “La triple enseñanza secreta”, escribe: “[A juzgar por este principio, es muy claro que] la causa original está siempre presente. Por eso, se los llama ‘nueve estados sin comienzo’”. El Daishonin denomina “nueve estados sin comienzo” a este aspecto de la vida de dedicación interminable a la práctica continua del bodhisattva.
Las enseñanzas previas al Sutra del loto describen los nueve estados como condiciones sujetas al cambio, y el estado de Budeidad como algo eterno y siempre operante. En consecuencia, para franquear el abismo aparentemente insuperable que hay entre ellos, establecen el concepto operativo de trabajar gradualmente hacia la iluminación, sosteniendo la práctica del bodhisattva durante existencias incontables, durante un período incalculable. Con todo, como estas enseñanzas se basan en la necesidad de descartar los nueve estados antes de poder manifestar la Budeidad, en última instancia su visión sobre el logro de la iluminación repudia los deseos mundanos innatos en los nueve estados y busca eliminarlos.
En cambio, la enseñanza esencial del Sutra del loto expone tanto la Budeidad eterna como el estado de bodhisattva eterno, que representa su práctica real y concreta; además, revela principios como “la inclusión de los nueve estados en la Budeidad” y “la inclusión de la Budeidad en los nueve estados”. Además, al esclarecer causa y efecto originales en la iluminación de Shakyamuni, indica que los diez estados existen eternamente en la vida de cada persona e invalida todas las causas y efectos previamente descritos en sutras anteriores acerca del logro de la Budeidad.
La enseñanza esencial del Sutra del loto, al esclarecer la causa y el efecto originales, y el principio de que la Budeidad y los nueve estados son inherentes a la vida desde siempre y que están siempre presentes en ella, establece firmemente que la vida está dotada de los diez estados. Por eso, el Daishonin dice que la revelación de la doctrina sobre la causa y el efecto originales, en la enseñanza esencial del Sutra del loto, establece “la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida”.
[16] Sin embargo, recordemos que esta explicación se basa sólo en el significado literal del sutra. En un nivel más profundo, podemos ver tales principios como verdades que no sólo se aplican a una sola persona, Shakyamuni, sino a todos los seres vivientes. En otras palabras, ellos demuestran que todos los seres vivos, originariamente, buscan manifestar su Budeidad eterna y emprender la incesante práctica del bodhisattva; y que, en su esencia más íntima, todos, sin excepción, anhelan la felicidad de sí mismos y de los demás.
En la declaración del Daishonin sobre la causa original y el efecto original, dentro del fragmento citado al principio, podemos discernir el propósito oculto en lo profundo del sutra: revelar la causa y el efecto originales de la iluminación, en bien de todas las personas.
En su tratado La triple enseñanza secreta, Nichikan Shonin analiza la enseñanza implícita en el capítulo “Duración de la vida” y expone: “La Ley mística de escuchar el nombre y las palabras de la verdad en el remoto pasado,
[17] verdadera doctrina acerca de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, está oculta en las profundidades del fragmento sobre la causa original [de Shakyamuni] que le permitió acceder al primer nivel de seguridad”.
El “primer nivel de seguridad” describe un estado interior en el cual el propósito supremo de la existencia se centra en concretar la iluminación propia y la de todos los seres. Se refiere a un estado de vida en el cual el yo está firmemente resuelto a mantener, eternamente, la práctica del bodhisattva, pase lo que pase y pese a todas las dificultades, sin jamás retroceder en la práctica. El momento del distante pasado en el cual Shakyamuni realmente determinó practicar por siempre el eterno camino del bodhisattva corresponde a la “causa original” de su iluminación. Sin embargo, Nichikan Shonin va un paso más allá y dice que la fuerza motriz que sostuvo su práctica para llegar al primer nivel de seguridad fue “la Ley mística de escuchar el nombre y las palabras de la verdad en el remoto pasado, verdadera doctrina acerca de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida”, es decir, la Ley fundamental para el logro de la Budeidad, o Nam-myoho-renge-kyo.
“Escuchar el nombre y las palabras de la verdad”, en esta frase, se refiere al “estado en el cual uno escucha el nombre y las palabras de la verdad”. Este es el nivel de práctica de alguien que toma contacto por primera vez con la Ley mística y cree en ella. “La Ley mística de escuchar el nombre y las palabras de la verdad en el remoto pasado”, por otro lado, es la Ley fundamental mediante cuya práctica una persona común puede hacer surgir su estado de Budeidad; y quien reveló directamente esta Ley, y dijo que era Nam-myoho-renge-kyo, fue Nichiren Daishonin.
Para explicar el concepto de la causa y el efecto originales, la enseñanza literal del capítulo “Duración de la vida” pone énfasis en el efecto original de la Budeidad logrado por Shakyamuni, mientras que la enseñanza oculta en las profundidades del capítulo hace hincapié en el bodhisattva y en la práctica del bodhisattva, como causa original. La última esclarece la causa primigenia y el efecto primigenio, que representan la verdadera causalidad para que las personas comunes de los nueve estados lleguen a ser budas con la forma física que cada una posee. He aquí la causa y el efecto originales ocultos en lo profundo del sutra, tal como los enseña el budismo del Daishonin.
En otras palabras, la causa original es cuando una persona común oye hablar de la Ley mística por primera vez, adopta la fe y resuelve practicar el interminable camino del bodhisattva. Y el efecto original es cuando el estado de vida eterno de la Budeidad aparece en la vida de esa persona común.
Así pues, ¿a qué se refieren, en el budismo del Daishonin, los “nueve estados sin comienzo”? Podríamos interpretar que aluden al estado de vida en el momento en que una persona común, en los nueve estados, atraviesa la ignorancia y la ilusión que hasta ese entonces controlaban su vida. Como este estado de vida da lugar a la función de la Budeidad, el Daishonin dice: “La Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo”.
[18]
Lo que erradica la ignorancia y la ilusión fundamentales es la fe, la fe en la Ley mística eterna. El Daishonin instauró el Gohonzon y el daimoku de Nam-myoho-renge-kyo para que todas las personas tuviesen la posibilidad de basar su vida en esta fe.
En Carta a Gijo-bo,
[19] el Daishonin escribe: “La parte en verso del capítulo afirma: ‘…con el único pensamiento [puro y sincero] de desear ver al Buda, sin vacilar aunque ello les costara la vida’. Como resultado de este fragmento, he revelado la Budeidad en mi propia vida”.[20] Después de afirmar que la fe en la Ley Mística (Myoho-renge-kyo) se caracteriza por el espíritu de no escatimar la vida, ofrece tres interpretaciones del verso “con el único pensamiento [puro y sincero] de desear ver al Buda, sin vacilar aunque ello les costara la vida”, para explicar su propio logro de la Budeidad: 1) observar al Buda con un único pensamiento [puro y sincero]; 2) concentrar nuestra vida en ver al Buda, y 3) cuando uno observa su propia vida, percibir que ella es el Buda.[21]
Podemos considerar que las dos primeras interpretaciones aluden a la causa e indican la fe pura y sincera, de un único deseo o pensamiento; y la tercera --“cuando uno observa su propia vida, percibir que ella es el Buda”-- alude al efecto, al referirse al logro de la Budeidad puro y sincero, con un único pensamiento o deseo. Tanto la causa original como el efecto original se concretan mediante la fe pura y sincera.
Esta revelación de la “Budeidad sin comienzo” y de “los nueve estados sin comienzo”, de esta manera, cierra la brecha o escisión aparente entre los nueve estados sujetos a la impermanencia y la Budeidad eterna, haciendo que ambos coexistan simultáneamente. Como resultado de ello, se establece, en el verdadero sentido, la posesión mutua de los diez estados, y también se instaura la doctrina sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida.
Por ende, el Daishonin afirma: “Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida.
[22]
(Continuará.)

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[1] El contenido de los dos defectos aquí enunciados es un resumen de lo que expone en su escrito el gran maestro Miao-lo de la China. En Comentario sobre “Profundo significado del ‘Sutra del loto’”, éste escribe: “Como los diez estados están separados entre sí en estas [enseñanzas previas al Sutra del loto] no van más allá de lo provisional” y “Como enseñan que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en este mundo, no descartan la identidad provisional del Buda”. Véase The Writings of Nichiren Daishonin (WND), pág. 182.
[2] WND, pág. 235.
[3] WND, pág. 235.
[4] Verdadero aspecto de todos los fenómenos: Verdad o realidad suprema que impregna todos los fenómenos y no es, en modo alguno, algo separado de ellos. El capítulo “Medios hábiles” (2°) del Sutra del loto esclarece que todas las personas poseen inherentemente el potencial de llegar a ser budas, y revela la verdad de que cada ser humano puede tomar contacto con este potencial y manifestarlo.
[5] WND, pág. 235.
[6] Ib.
[7] Sutra del loto, cap. 16, pág. 225.
[8] Ib., pág. 227.
[9] Sutra del loto, pág. 227.
[10] Sutra del loto,pág. 227.
[11] WND, pág. 235.
[12] Ib., pág. 235.
[13] WND, pág. 235.
[14] Primer nivel de seguridad: Primero de los diez niveles de seguridad; corresponde al undécimo de los cincuenta y dos niveles de la práctica del bodhisattva. En este estadio, uno hace surgir la aspiración de lograr la Budeidad. Se lo considera el punto a partir del cual los bodhisattvas ya no retroceden en su práctica.
[15] Cuatro juramentos o votos universales: También, “cuatro grandes juramentos” o “cuatro juramentos”. Votos que adoptan todos los bodhisattvas cuando resuelven emprender la práctica budista. Son 1) salvar a los incontables seres vivientes, 2) erradicar los innumerables deseos mundanos, 3) dominar las inmensurables enseñanzas budistas y 4) lograr la iluminación suprema.
[16] WND, pág. 235.
[17] Ley mística de escuchar el nombre y las palabras de la verdad en el remoto pasado: Ley mística fundamental que abrazó el Buda del tiempo sin comienzo y que le permitió adquirir la iluminación como ser humano común, en el estadio de los que escuchan el nombre y las palabras de la verdad de la causa original.
[18] WND, pág. 235.
[19] Esta carta fue escrita en Ichinosawa, isla de Sado, en mayo de 1273, y dirigida a Gijo-bo, quien había sido uno de sus maestros en el templo Seicho-ji de la provincia de Awa (actual prefectura de Chiba). El Daishonin declara en esta carta que, como Buda del Último Día de la Ley, él comprende y corporifica Nam-myoho-renge-kyo de las tres grandes leyes secretas, oculto en las profundidades del capítulo “Duración de la vida”.
[20] Véase WND, pág. 389.
[21] Véase Ib.
[22] Ib., pág. 235.

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