6.8.05

Explicación Parte 3 GOSHO: “LA APERTURA DE LOS OJOS”

Disertación de estudio del presidente Ikeda
CONFERENCIAS SOBRE “LA APERTURA DE LOS OJOS”
(Traducción del original en japonés publicado en la edición de julio de 2004 del Daibyakurenge, revista mensual de estudio de la Soka Gakkai.)
La “enseñanza oculta en las profundidades del sutra”: La Ley suprema que abre el camino de la Budeidad a todas las personas

El Sutra del loto contiene dos enseñanzas importantes.
[1] Y las escuelas Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos, Características del Dharma y Tres Tratados jamás han oído ni siquiera el nombre de ninguna de las dos. Las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera, por otro lado, se han apropiado furtivamente de estas enseñanzas, para hacer de ellas el corazón de sus propios principios. La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida se encuentra en un solo lugar, oculta en las profundidades del capítulo “Duración de la vida” de la enseñanza esencial del Sutra del loto. Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de ella, pero no la revelaron abiertamente.
T’ien-t’ai Chih-che fue el único que la abrazó y la mantuvo presente a cada momento”.
[2]

Conferencia

La importancia crucial de la doctrina sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida

En este fragmento, Nichiren Daishonin llama la Ley fundamental que actúa como clave para la iluminación de las personas comunes como “la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida”, y señala que “se encuentra en un solo lugar, oculta en las profundidades del capítulo ‘Duración de la vida’ de la enseñanza esencial del Sutra del loto”.
Esta doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, implícita en el capítulo “Duración de la vida” (16o) es la enseñanza que podría definirse como el corazón del Sutra del loto, expuesto para permitir a todas las personas revelar su estado de Budeidad. En síntesis, representa “la posesión mutua de los diez estados y los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida” vista como la suprema enseñanza para el logro de la Budeidad por parte de las personas comunes.
Cuando el Daishonin expuso explícitamente la enseñanza budista implícita en el capítulo “Duración de la vida”, abrió el camino para liberar fundamentalmente a los seres humanos del sufrimiento, en la época de maldad conocida como Último Día de la Ley.
Nichikan Shonin (1665-1726), quien pasó a la historia como un importante restaurador del budismo del Daishonin, interpretó la palabra “solo”, en el fragmento anterior, de acuerdo con tres niveles: 1) “sólo en el Sutra del loto”, 2) “sólo en el capítulo ‘Duración de la vida’; 3) “sólo oculta en las profundidades (de dicho capítulo)”. Sobre esta base, desarrolló el sistema de comparación conocido como la “triple enseñanza secreta”, que puede explicarse del modo siguiente:
Primero, en el contexto de las enseñanzas que predicó Shakyamuni a lo largo de toda su vida --que abarcan la enseñanza verdadera (el Sutra del loto) y las enseñanzas provisionales (todos los sutras anteriores)--, la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida se encuentra “sólo en el Sutra del loto”, la enseñanza verdadera. Específicamente, se halla en la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto, en el capítulo “Medios hábiles” (2o). Aquí, se revela la “doctrina teórica de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida de la enseñanza teórica”.
En segundo lugar, en el contexto del Sutra del loto --si comparamos la enseñanza esencial (última mitad) del sutra con su enseñanza teórica (primera mitad)-- la doctrina se encuentra “sólo en el capítulo ‘Duración de la vida’” de la enseñanza esencial. Aquí, se revela la “la doctrina real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida explícitos en la enseñanza esencial”.
En tercer lugar, en el contexto del capítulo “Duración de la vida” --si comparamos su significado implícito con el explícito, siendo que el primero alude al budismo de la siembra y el segundo, al de la cosecha-- la doctrina se encuentra “sólo oculta en las profundidades” o implícita en el texto del capítulo, es decir, en el budismo de la siembra. Aquí, se revela la “práctica real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida implícitos en el capítulo ‘Duración de la vida’”.
Cuando la gente analiza el concepto de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, suele quedarse fijada en el número “tres mil”,
[3] pero la raíz de este principio, en realidad, yace en la posesión mutua de los diez estados, o sea, en los cien estados.
El Daishonin, después de referirse a la enseñanza “oculta en las profundidades” del fragmento anterior, señala: “La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida comienza con el concepto de la posesión mutua de los diez estados”.
[4] En pasajes siguientes, se extiende explicando el principio de “la causa original y el efecto original”, y el de “la verdadera posesión mutua de los diez estados”, recalcando que son principios esenciales para el logro de la Budeidad.[5]
Además, en lo que concierne a la posesión mutua de los diez estados como “práctica real de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida implícitos en el capítulo ‘Duración de la vida’”, específicamente lo que reviste mayor importancia son los principios de la “inclusión de la Budeidad en los nueve estados” y la “inclusión de los nueve estados en la Budeidad”. Es como indica el Daishonin en La selección del tiempo, cuando dice: “[El buda Shakyamuni] expuso la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, y explicó que los nueve estados tienen el potencial de la Budeidad, y que la Budeidad conserva los nueve estados”.[6]
La inclusión mutua entre los nueve estados y la Budeidad resulta tan importante, porque establece el principio mediante el cual las personas comunes logran o manifiestan la iluminación. Esclarece que la fuerza vital pura e ilimitada de la Budeidad eterna puede manifestarse y ponerse en juego dinámicamente en la vida de las personas comunes, sujetas a los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento.
[7] Dado que en las enseñanzas previas al Sutra del loto la vida de los seres en los nueve estados se representaba como algo impermanente, esto representa una transformación drástica de la vida, análoga al “cambio de veneno en medicina”.[8]
El capítulo “Duración de la vida” del Sutra del loto se refiere a la iluminación primigenia de Shakyamuni en el remoto pasado. En esta enseñanza, el Daishonin discernió el medio para lograr la Budeidad sin tener que abandonar el cuerpo físico que uno posee, como persona común de los nueve estados. En otras palabras, el medio para hacer realidad el principio de la posesión mutua de los diez estados.
La fe en la Ley mística, así como la oración y las acciones basadas en dicha fe, son la clave para transformar en la Budeidad cualquier otra condición vital propia de los nueve estados --o sea, sumida en los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento--. El Sutra del loto dice que el bodhisattva Jamás Despreciar, sin dejar de ser una persona común, pudo transformar su karma, lograr el beneficio de purificar sus seis órganos sensoriales y, finalmente, lograr la Budeidad,
[9] gracias a que mantuvo férreamente su convicción en la naturaleza de Buda inherente a su vida y a la vida de los demás, y a que siempre trató a todos con respeto, basado en dicha creencia.[10]
Con fe pura y firme en nuestra propia naturaleza de Buda y en la de los demás, podemos atravesar la ignorancia fundamental y la ilusión. Con una oración profunda y sincera, podemos tomar contacto con la fuerza de la Budeidad, inseparable de la Ley mística. Y con daimoku constante, siempre entonando Nam-myoho-renge-kyo, podemos manifestar en forma incesante el poder de la Budeidad en nuestra vida y encaminarnos hacia el logro de la iluminación en esta existencia. De esa manera, el Daishonin proveyó el medio para concretar la posesión mutua de los diez estados, estableciendo la “práctica real de Nam-myoho-renge-kyo”. Esta práctica real, que abarca fe, oración y daimoku, abarca las tres categorías de acción: pensamiento, palabras y acciones.
El Daishonin inscribió el Gohonzon --en el cual corporificó la Ley de Nam-myoho-renge-kyo inherente a su propia vida--, como un límpido espejo para ayudarnos a cultivar nuestra fe y nuestra convicción en la naturaleza de Buda propia y ajena, pese a que esta naturaleza es invisible a los ojos.

La enseñanza “oculta en las profundidades” revela la verdadera intención

A continuación, consideremos el significado de la enseñanza “oculta en las profundidades” del capítulo “Duración de la vida”, desde un triple punto de vista: “texto, principio e intención”.
[11]
El Sutra del loto establece claramente la verdadera identidad de Shakyamuni, que es la del Buda eterno que continuamente guía a todos los seres de todos los mundos --incluido este, nuestro mundo saha colmado de conflictos-- hacia la iluminación, desde el pasado sin comienzo hasta el futuro eterno. Esto se deja claro en varios fragmentos, como el que dice “como medio hábil doy la impresión de entrar en el nirvana”,[12] y en principios como “abrir lo cercano y revelar lo distante”[13] y “el logro original de la iluminación del Buda en el remoto pasado”. También el Sutra del loto enseña que la vida eterna del Buda fue adquirida mediante la práctica de bodhisattva en el pasado remoto. Esto queda claro en el fragmento que dice “Originariamente practiqué el camino del bodhisattva “.[14] En esta práctica de bodhisattva en el remoto pasado yace la clave para la manifestación de la Budeidad en las personas comunes.
Sin embargo, cuando la gente se ciñe excesivamente al “texto” y al “principio” --a las palabras y a su significado literal--, inevitablemente se apega a la imagen de Shakyamuni como maestro de las enseñanzas, que revela el aspecto del “efecto original”
[15], es decir, un buda adornado de características y rasgos sobrehumanos. Las personas, entonces, desarrollan la creencia equivocada de buscar “ser salvadas” desde afuera por este buda. Esto no tarda en convertirse en una fe signada por la dependencia perniciosa en un ser absoluto. Los que sostienen este tipo de creencia no pueden alcanzar la iluminación verdadera, la cual se logra manifestando el estado de Buda desde el interior.
Así pues, el Shakyamuni que uno encuentra ateniéndose al significado literal del capítulo “Duración de la vida” reveló el poder de la Ley mística eterna como “Buda del efecto original”. En cambio, la enseñanza oculta en las profundidades del capítulo (el budismo de la siembra) se centra en Shakyamuni como ser humano común, que llevó a cabo la práctica de bodhisattva en el pasado remoto, y claramente establece la “enseñanza y la práctica de la causa original”
[16] para las personas comunes.
Desde el punto de vista de su “texto” o significado literal, el capítulo “Duración de la vida” no brinda un desarrollo explícito sobre la iluminación de la gente común y la posesión mutua de los diez estados. Pero, en lo que concierne a su “intención”, lo que se puede discernir claramente, “oculto en las profundidades” de dicho capítulo, es la enseñanza esencial para que las personas comunes logren la iluminación.

El entorno en el cual Nichiren Daishonin compuso La apertura de los ojos

Nichiren Daishonin compuso La apertura de los ojos en un ambiente de extrema severidad. El frío y el hambre eran su compañía constante. Leemos sus palabras: “Allí [en Sado], fiel a la naturaleza de esa tierra septentrional, encontré que el viento era especialmente intenso en invierno; las nieves, profundas; la ropa, liviana, y el alimento, escaso. […] Sentí como si, habiendo pasado por el reino de las entidades hambrientas, hubiera caído vivo en uno de los infiernos helados”.
[17]
A partir de varios escritos del Daishonin, podemos establecer lo siguiente:
Su residencia inicial en Tsukahara, Sado, llamada Sammai-do, era una estructura precaria. Aunque se decía que era un santuario, en rigor era poco más que un cobertizo en ruinas, que no albergaba ni una sola estatua del Buda o esterilla en la cual sentarse. Para procurarse resguardo del frío, el Daishonin tendía sobre el suelo el pellejo de un animal, y se cubría la cabeza con un sombrero de bambú, y el cuerpo con una manta de paja o heno.
Había gruesas grietas entre los tablones del tejado, y agujeros en las paredes, por los cuales el viento se filtraba sin clemencia. Cuando llovía, el agua entraba a raudales por las hendijas del techo; éste era tan inservible para guarecerlo, que habría dado lo mismo para él estar a la intemperie.
Cuando nevaba, se formaban gruesas capas de nieve en el interior de su choza.
El Sammai-do, situado en un terreno donde se inhumaban cadáveres o, directamente, se abandonaban sin sepultura, era un sitio aislado y alejado de los transeúntes o pobladores locales. Durante las horas del día, el único sonido que se escuchaba era el ulular del viento. De noche, había que sufrir interminables tempestades de nieve, ventiscas y tormentas eléctricas.
Por la mañana, todo aparecía cubierto de un blanco manto glacial. Desde el arribo de Nichiren Daishonin a Tsukahara, y durante los dos meses siguientes, el cielo estuvo invariablemente encapotado, y la nieve intensa sólo cesó por breves momentos, para ser reemplazada por vientos gélidos e implacables.
Las autoridades vigilaban continuamente al Daishonin, noche y día. Abutsu-bo, uno de los sinceros creyentes del Daishonin en Sado, se expuso a graves riesgos personales las muchas veces que le acercó provisiones y alimentos en forma subrepticia, al reparo de la noche.
El Daishonin, sin dejarse intimidar por el ambiente inhóspito al que lo condenó el destierro, escribió La apertura de los ojos en bien de las personas de su época y de las generaciones futuras.

Mantener el espíritu religioso imprescindible

Podría decirse que el corazón del Sutra del loto y la esencia del budismo yacen en el logro de la iluminación de la gente común mediante la verdadera posesión mutua de los diez estados y la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, implícita en el capítulo “Duración de la vida”; al mismo tiempo, este propósito representa la quintaesencia de la religión.
En mis diálogos con prestigiosos pensadores, y en las conferencias que fui dando en distintas partes del mundo, muchas veces recalqué la importancia del “espíritu religioso” y de “la religiosidad”.
[18] El espíritu religioso se refiere al poder espiritual interior de crear coraje a partir del nihilismo; de crear esperanza a partir de la desesperación. Es la inclinación a buscar esta fuerza espiritual en uno mismo y en los demás, y también en todos los fenómenos universales. El espíritu religioso es creer que el poder de superar cualquier dificultad o estancamiento reside en nuestro interior, y es emprender acciones concretas para crear nuevo valor. Todas las religiones, podría decirse, nacieron de este espíritu humano innato. Podría decirse que el espíritu religioso de la humanidad es el punto de partida y la fuente primordial de la religión.
El Último Día de la Ley es una época en que el ser humano se apega a lo efímero y fugaz; se entrega a la codicia, la furia y la estupidez; deja que la desconfianza y el odio lo distancien de sus semejantes. El Daishonin también la vio como una época en que las religiones perderían de vista ese espíritu religioso fundamental y se alejarían del pueblo; como un período en que los sacerdotes emplearían su tiempo disputando entre sí sobre la superioridad de sus enseñanzas --que, en realidad, se hallaban anquilosadas y vacías de sentido-- y se obsesionarían por cuestiones doctrinales menores de escasa importancia. El Sutra de la gran compilación dice que el Último Día es “una época de conflicto en la cual se oscurecerá y se perderá la Ley pura”.
Nichiren Daishonin sintió claramente que, si no se revivía este espíritu religioso primordial, no se podría salvar al pueblo ni encarrilar la época. Esto lo llevó a ponderar el profundo significado del Sutra del loto y a encontrar allí la verdadera posesión mutua de los diez estados, y la verdadera doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, lo cual hizo posible que nosotros pudiéramos abrir el estado de Budeidad en nuestro ser. Y por eso, en última instancia, pudo establecer la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, implícita en el capítulo “Duración de la vida”, como una práctica real y concreta, con la cual cualquier persona puede captar la eternidad de su propia vida y, mediante sus actos, hacer resplandecer su existencia con brillo perenne.
En el pasaje inicial que he citado al comienzo, el Daishonin dice que las escuelas budistas de su época --como Tesoro del Análisis del Dharma, Establecimiento de la Verdad, Preceptos, Características del Dharma y Tres Tratados-- “jamás han oído ni siquiera el nombre” del principio sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida. Y condena a las escuelas Guirnalda de Flores y Palabra Verdadera por haberse “apropiado furtivamente de estas enseñanzas, para hacer de ellas el corazón de sus propios principios”.
[19]
Si consideramos estas diversas escuelas desde el triple enfoque de “texto, principio e intención”, que expuse antes, lo que ellas usurparon e incorporaron en sus propias enseñanzas fue sólo las palabras o el “texto” del Sutra del loto. Aunque se comportaron como si poseyeran el mismo “principio” o enseñanza que el sutra, en realidad no pudieron captar ni remotamente su verdadero “propósito”. Sus interpretaciones erróneas y confusas sobre la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida demuestran a las claras en qué medida las escuelas budistas imperantes en aquella época habían perdido el imprescindible espíritu religioso.
El espíritu religioso implica ver lo eterno y lo absoluto en el ser humano, y ansiar que las personas hagan brillar su vida. El budismo de la siembra expuesto por el Daishonin, basado en la Ley suprema oculta en las profundidades del Sutra del loto, es una enseñanza directamente erigida sobre este espíritu religioso.
Josei Toda, segundo presidente de la Soka Gakkai, decía: “Cuando todas las personas manifiesten su estado de Budeidad, es decir, cuando revelen el valor supremo de su personalidad, no habrá más guerras ni hambre en el mundo. No habrá más enfermedad ni pobreza. Llevar a cabo “la tarea de El Que Así Llega”
[20] significa permitir que todos los seres humanos lleguen a ser budas, elevar la realidad de cada persona hacia una expresión de valor supremo.[21]
Tal como nos exhortó el presidente Toda, los miembros de la SGI, directamente relacionados con el Daishonin y dando libre expresión al espíritu religioso, hemos difundido en todo el mundo este budismo del pueblo, esta gran religión humanística.

La enseñanza suprema que debe ser propagada en el Último Día de la Ley

Hacia el final del fragmento que antes cite, el Daishonin dice que ciertos maestros budistas eminentes como Nagarjuna y Vasubandhu, de la India, “tuvieron conciencia de ella (la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida), pero no la revelaron abiertamente”, y que sólo el gran maestro T’ien-t’ai de la China “la abrazó y la mantuvo presente a cada momento”.
[22]
La frase “Nagarjuna y Vasubandhu tuvieron conciencia de ella” indica que estos dos maestros, que transmitieron el linaje de la enseñanza budista correcta después de la muerte del Buda --en el Primer Día de la Ley-- entendieron el principio máximo del Sutra del loto pero no lo predicaron. A esto se refiere el principio de “percibir claramente la verdad en nuestro fuero interno pero no enseñarla a otros”.
Por ejemplo, Nagarjuna reconoció que el Sutra del loto había abierto el camino para las personas de los dos vehículos, a quienes todas las demás enseñanzas les vedaban la posibilidad de llegar a ser budas. Elogió la capacidad del Sutra del loto de “convertir el veneno en medicina”, que no existe en ningún otro sutra, y dijo que el Sutra del loto era la verdadera enseñanza secreta. Esto significa que tuvo conciencia del principio supremo que hay en el Sutra del loto, y que torna posible a las personas comunes de los nueve estados manifestar la Budeidad en su vida y lograr la iluminación.
Sin embargo, como indica el Daishonin cuando dice que Nagarjuna y Vasubandhu “tuvieron conciencia de ella, pero no la revelaron abiertamente”, estos no propagaron la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, porque el “tiempo” aún no había llegado.
La declaración: “T’ien-t’ai Chih-che fue el único que la abrazó y la mantuvo presente a cada momento” se refiere a que, durante el Día Medio de la Ley, sólo T’ien-t’ai mantuvo la práctica de la contemplación y la meditación sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida. Sin embargo, la doctrina de T’ien-t’ai sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida se limitaba, más que nada, a una práctica individual en beneficio propio; T’ien-t’ai no la difundió ampliamente como enseñanza para que la gente común pueda lograr la Budeidad y alentar a otros a que también lo hagan.
Cuando Nichiren Daishonin habló sobre esos maestros correctos de los días Primero y Medio de la Ley --que “tuvieron conciencia de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, pero no lo revelaron abiertamente” o quienes “lo abrazaron y lo tuvieron siempre presente”--, lo hizo para indicar tácitamente que él es la persona que propagaría esta enseñanza en el Último Día de la Ley. La segunda mitad de La apertura de los ojos detalla la actividad de propagación de Nichiren Daishonin como devoto del Sutra del loto.
La doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida implícita en el capítulo “Duración de la vida” es una enseñanza de “práctica real”. La Ley no es algo que existe y se agota en su mera existencia; por el contrario, es algo que se debe transmitir. El valor de la Ley sólo se revela cuando se la enseñamos a otros y, de ese modo, les permitimos comprender el brillo de su Budeidad interior, y también hacerla resplandecer activamente. Incluso podríamos decir que la existencia de la Ley no tendría sentido, directamente, si no creáramos valor propagándola.
En tal sentido, la pregunta crucial es: ¿Quién propagará la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida; específicamente, la doctrina de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, implícita en el capítulo “Duración de la vida”? ¿Quién, y cuándo? Si la enseñanza implícita en el capítulo “Duración de la vida” se menciona sin destacar este punto importante, no contribuye a ningún propósito esencial.
La persona que realmente propaga la verdadera doctrina sobre los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, durante el Último Día de la Ley, es aquel que posee las tres virtudes del soberano, el maestro y el padre en esta época. Y el señor de esa enseñanza no es otro que Nichiren Daishonin. Para dejarlo completamente claro, el Daishonin escribió este fragmento sobre la doctrina oculta en las profundidades del capítulo “Duración de la vida”. (Continuará.)
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[1] Ellas son la teoría de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, basada en la enseñanza teórica (primera mitad) del Sutra del loto, y la realidad de los tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida, basada en la enseñanza esencial (segunda mitad) del sutra.
[2] The Writings of Nichiren Daishonin (WND), pág. 224.
[3] Tres mil: Aquí, la cifra “tres mil” deriva de la siguiente operación: se multiplica diez (de los diez estados) por diez (de los diez estados), por diez (de los diez factores), por tres (de los tres principios de individualiza ción). La vida, a cada instante, manifiesta alguno de los diez estados. Cada uno de estos diez estados posee en sí mismo el potencial de los diez; esta “posesión mutua” o inclusión mutua de los diez estados se representa como cien estados posibles. Cada uno de estos cien estados posee diez factores, lo cual da lugar a mil factores o potenciales; estos operan de acuerdo con los tres principios de individualización o tres planos de la existencia (el plano de los cinco componentes, el plano de los seres vivientes y el plano del ambiente). De allí se obtienen tres mil aspectos posibles.
[4] WND, pág. 224.
[5] En La apertura de los ojos, el Daishonin escribe: “Con todo, en la enseñanza esencial del Sutra del loto se desploma la creencia de que Shakyamuni logró la iluminación por primera vez en esa existencia, y caen también los efectos de las cuatro enseñanzas. Cuando se demuelen estos efectos, también caen las causas de esas cuatro doctrinas. Así pues, se derrumban la causa y el efecto de los diez estados, tal como aparecían expuestos en los sutras anteriores y en la enseñanza teórica del Sutra del loto, y lo que se revela es la causa y el efecto de los diez estados según la enseñanza esencial. Esta es la doctrina de la causa original y del efecto original, y revela que los nueve estados se hallan todos presentes en la Budeidad sin comienzo, y que la Budeidad es inherente a los nueve estados sin comienzo. Esta es la verdadera posesión mutua de los diez estados, los cien estados y mil factores, y los verdaderos tres mil aspectos contenidos en cada instante de la vida. Véase WND, pág. 235.
[6] WND, pág. 539.
[7] Tres caminos de los deseos mundanos, el karma y el sufrimiento: Se los llama “caminos” porque uno conduce al otro. Los deseos mundanos implican pasiones como la codicia, la furia, la estupidez, la arrogancia y la duda. El karma se refiere a las acciones perniciosas de naturaleza física, mental o verbal, que surgen a raíz de los deseos mundanos. El efecto de este karma se manifiesta como sufrimiento. El sufrimiento agrava los deseos mundanos y conduce a incrementar las acciones erradas, lo cual genera un mayor karma negativo e incrementa el sufrimiento. Los tres caminos, en su acción concreta, impiden al ser humano el logro de la Budeidad.
[8] Transformar el veneno en medicina: Principio según el cual los deseos mundanos y el sufrimiento pueden convertirse en beneficios e iluminación, gracias al poder de la Ley. La frase se encuentra en un fragmento del Tratado sobre la gran perfección de la sabiduría, de Nagarjuna, donde se menciona “un gran médico que puede convertir el veneno en medicina”. En este pasaje, Nagarjuna compara el Sutra del loto con un “gran médico”, porque el sutra abre la posibilidad de lograr la Budeidad para las personas de los dos vehículos (los que escuchan la voz y los que toman conciencia de las causas), a quienes otros sutras condenaban por haber quemado las semillas de la Budeidad.
[9] Purificación de los seis órganos sensoriales: También, purificación de los seis sentidos. Los seis órganos sensoriales o facultades de la conciencia son los ojos, nariz, lengua, piel y mente. Su purificación significa que funcionan correctamente y pasan a ser puros, libres de la influencia de los deseos mundanos.
[10] Véase Sutra del loto, cap. 20, págs. 266 y sigs.
[11] Texto, principio e intención”: Aquí, “texto” alude al significado literal de las palabras del sutra. “Principio” se refiere a la enseñanza o doctrina transmitida en ese significado literal. E “intención” alude al significado fundamental o suprema, al verdadero propósito que anida en el principio.
[12] “Como medio hábil doy la impresión de entrar en el nirvana” (Sutra del loto, cap. 16, pág. 229): Esto significa que el Buda entra en el nirvana como medio conducente o preparatorio, para provocar en los seres humanos el espíritu de búsqueda hacia el Buda y hacia la Ley.
[13] Abrir lo cercano y revelar lo distante: Revelación hecha en la enseñanza esencial del Sutra del loto, donde se descarta la presunción de que Shakyamuni había logrado la Budeidad por primera vez durante esa existencia en la India, y se revela que él la había obtenido, originariamente, en el pasado inconcebiblemente remoto.
[14] “Originariamente practiqué el camino del bodhisattva” (Sutra del loto, cap. 16, pág. 227): Indica que, en el remoto pasado, Shakyamuni llevó a cabo prácticas para adquirir el estado de vida eternamente indestructible del Buda.
[15] Efecto original: La iluminación original que logró Shakyamuni incontables kalpas antes de su iluminación en la India.
[16] Causa original: La práctica que constituyó la causa por la cual Shakyamuni obtuvo la iluminación en el remoto pasado. Se refiere a la práctica fundamental para lograr el camino del Buda.
[17] WND, pág. 519.
[18] Algunas citas del presidente Ikeda sobre el espíritu religioso: “El espíritu religioso es una suerte de capacidad mental que convierte el nihilismo en un futuro brillante, y la desesperación en esperanza. […] El cínico lo ve todo como algo vacío y sin sentido; el alma de alguien así no puede crear nada de valor. […] ¿Acaso no será la filosofía, o lo que yo llamo ‘espíritu religioso’, lo que hará resplandecer nuestro mundo interior?”. IKEDA, Daisaku y Majid TEHRANIAN: Global Civilization: A Buddhist-Islamic Dialogue (La civilización global: Diálogo entre el budismo y el islam), Londres, British Academic Press, 2000, págs. 52-53. “Dewey no identifica un poder externo específico. Para él, ‘lo religioso’ es un término genérico aplicable a aquello que sostiene y alienta a las personas en la búsqueda activa hacia el bien y hacia lo valioso. ‘Lo religioso’, como él lo define, ayuda a aquellos que se ayudan a sí mismos”. IKEDA, Daisaku: “El budismo Mahayana y la civilización del siglo XXI”, en Un nuevo humanismo, Fondo de Cultura Económica, México, 1999, pág. 158.
[19] WND, pág. 224.
[20] Véase Sutra del loto, cap. 10, pág. 163.
[21] TODA, Josei: Toda Josei Zenshu (Obras completas de Josei Toda), Tokio, Seikyo Shimbunsha, 1981, vol. 1, pág. 306.
[22] Ib., pág. 224.

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